3 pósteres de LMC
Fecha
10 dic 2024
Resumen
#ASH24 trajo destacados avances en el abordaje de la Leucemia Mieloide Crónica (LMC), presentados por equipos de investigación internacionales. A continuación, tres resúmenes clave sobre terapias o métodos diagnósticos innovadores.
Bosutinib como 2L para LMC en fase crónica
Ponente: Dra. Susanne Isfort, Hannover Medical School, Alemania.Título: Second-Line Bosutinib Is Effective and Feasible in Patients Failing Second Generation TKI in Chronic Phase Chronic Myeloid Leukemia.
Objetivos: Evaluar la eficacia y seguridad del bosutinib en pacientes con LMC en fase crónica que fallaron al tratamiento de primera línea con TKIs de segunda generación (2G-TKI).
Diseño del Estudio: Subanálisis del ensayo BODO, un estudio fase II multicéntrico, de etiqueta abierta, con 45 pacientes tratados con bosutinib tras fallar nilotinib o dasatinib.
Resultados Principales:
El tratamiento con bosutinib logró un tiempo mediano para alcanzar respuesta molecular mayor (MMR) de 4.9 meses, con probabilidades de MMR del 40% a 3 meses y 79% a 24 meses, sin diferencias según el TKI previo (nilotinib o dasatinib). Entre los pacientes refractarios, el 48% alcanzó MMR a 1 año. Todos presentaron eventos adversos emergentes, siendo la diarrea el más frecuente (63% en el primer mes).
Ocurrieron eventos de grado 3/4 en el 69% y eventos graves en el 26% de los pacientes a 1 año. No se observaron progresiones de la enfermedad durante el seguimiento.
Conclusión: A pesar de las limitaciones del estudio, se concluye que es una opción segura y efectiva tras intolerancia o fracaso de un TKI de segunda generación en primera línea.
Olverembatinib para pacientes altamente pretratados
Ponente: Dr. Elias Jabbour, MD Anderson Cancer Center, EE. UU.
Título: Olverembatinib Overcomes Resistance/Intolerance to Asciminib and Ponatinib in Patients with Heavily Pretreated CP-CML.
Objetivos: Evaluar la eficacia y seguridad de olverembatinib en pacientes con LMC en fase crónica, resistentes o intolerantes a ponatinib y/o asciminib.
Diseño del Estudio: Estudio fase 1b con 67 pacientes tratados con dosis ajustadas de olverembatinib cada dos días durante ciclos de 28 días.
Resultados Principales:
El 28.4% presentó la mutación T315I, el 50.7% tenía comorbilidades cardiovasculares, y el 73.1% mostró niveles de BCR::ABL1 IS ≥10%. La mayoría había recibido 3 o más TKIs previos. Olverembatinib logró CCyR en el 58.3% y MMR en el 45.3%, con una mediana de 91 días para MMR, siendo las tasas similares en pacientes con y sin la mutación T315I.
El 93.9% reportó eventos adversos (TRAEs comunes: trombocitopenia, neutropenia, y elevación de CPK), con suspensión del tratamiento en el 6.1%. Hubo una correlación positiva entre exposición y eficacia, sin comprometer la seguridad.
Conclusión: Olverembatinib demostró actividad antileucémica sólida y tolerabilidad en pacientes altamente pretratados.
Estudio Flowers: CD26+ como biomarcador pronóstico en LMC
Ponente: Dra. Anna Sicuranza, Universidad de Siena, Italia.
Título: Role of Peripheral Blood CD26+ Leukemia Stem Cells at Diagnosis in Chronic Myeloid Leukemia Patients.
Objetivos: Determinar la correlación entre la cantidad de células madre leucémicas CD26+ en sangre periférica al diagnóstico y la respuesta molecular a TKI.
Diseño del Estudio: Estudio prospectivo multicéntrico con 242 pacientes con LMC en fase crónica, evaluados durante 24 meses de tratamiento con TKI.
Resultados Principales:
La cantidad de células CD26+LSCs al diagnóstico mostró una mediana de 7,1454 células/µl (rango: 0,0126-698,746 células/µl), reduciéndose consistentemente durante el tratamiento con TKIs a valores medianos de 0,0132, 0,011 y 0,0071 células/µl a los 3, 12 y 24 meses, respectivamente, sin diferencias significativas según el tipo de TKI utilizado. Una menor cantidad de CD26+LSCs al diagnóstico se correlacionó significativamente con una respuesta molecular óptima (BCR::ABL1<10% y <0.1%) a los 3, 12 y 24 meses.
Pacientes con respuesta óptima a los 3 meses tuvieron una mediana de CD26+LSCs de 6,21 células/µl, frente a 19,87 células/µl en los subóptimos (p=0.03). Similarmente, a los 12 y 24 meses, los respondedores óptimos presentaron valores inferiores. Los pacientes que cambiaron de TKI por fracaso tenían valores significativamente mayores de CD26+LSCs al diagnóstico (p=0.034). Se identificaron tres rangos de CD26+LSCs que correlacionaron con mejores respuestas moleculares, especialmente en el primer tercil.
Conclusión: Este estudio mostró una rápida reducción de CD26+LSCs con TKIs, persistiendo a niveles bajos. CD26+ es un biomarcador prometedor para predecir la respuesta a TKI y guiar estrategias terapéuticas.
Estos estudios refuerzan el avance en la personalización del tratamiento para pacientes con LMC, ofreciendo opciones más seguras y efectivas para contextos complejos.